
«Pensar, analizar, no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, atesorar antiguos y ajenos pensamientos, recordar con incrédulo estupor que el doctor universalis pensó, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie. Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas y entiendo que en el porvenir lo será.»
Ojalá pudiera ser asi de optimista en cuanto al ser humano, aunque honestamente lo dudo muchisimo.
(...) su hábito resignado o irónico de propagar ideas que eran el estricto reverso de las preferidas por él.
* Si sabré yo de eso.